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EL CASTILLO

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El Castillo es el monumento artístico más importante de Montánchez y entorno. La casa rural se encuentra a escasos 50 metros y de él surge la historia de la localidad. Es de origen romano-arábico; el cuerpo del medio (las cuatro paredes de la última línea de defensa) es romano. Esta fortaleza fue construida en tiempos del emperador romano Caracalla. El resto del Castillo es arábico como lo demuestra su estilo arquitectónico, ya que los árabes edificaban sus murallas con torreones o baluartes de trecho en trecho y con piedra de toda clase sin prestar demasiada importancia estética en la colocación de las mismas.

Castillo de Montánchez
Está colocado al noroeste del pueblo y lo domina ubicado en el elevado peñón de escarpadas rocas y acusada pendiente en sus laderas. El Castillo está compuesto por dos líneas de murallas, una interior y otra exterior. La exterior es un fuerte muro de gruesas y anchas paredes, formadas de durísima argamasa y piedras de todas clases, flanqueado con numerosas torres cuadradas y curvas, todo ello almenado. La interior forma un cuadrado perfecto componiéndose de cuatro lienzos de muralla almenadas de gruesas paredes.

La existencia de la fortaleza en el período árabe está fuera de toda duda. Es muy probable que durante el siglo XII los almohades reconstruyesen o ampliasen el primitivo recinto, ya que las dificultades para controlar los caminos les llevó a fortificar aquellos puntos donde ya existían obras más antiguas. La conquista de la plaza por los cristianos conllevó la reforma y posterior modificación del castillo.

La Orden de Santiago surge en un principio para proteger y guiar a los peregrinos que de toda Europa acudían a visitar el sepulcro de Santiago y, posteriormente, extendieron su acción a luchar contra los árabes establecidos en España. En 1228 tuvo lugar la batalla de Mérida en donde Alfonso IX venció a Aben-Hud, señor de Andalucía, Badajoz, Montánchez y Mérida. Una vez conquistada Mérida se dirige a Badajoz y finalmente a Montánchez, donde no opusieron resistencia los árabes asentados en el castillo debido al aislamiento en el que quedaron. Alfonso IX, conquistado Montánchez, despachó en Zamora en 1230 el privilegio de donación concedido a la Orden de Santiago y al Maestre Pedro González Mengo el Castillo y Villa de Montánchez con todos los términos nuevos y antiguos, derechos y pertenencias, como prados, pastos, montes, fuentes, aguas, entradas y salidas, con el pacto y obligación de hacer paz, guerra y treguas desde dicho Castillo y Villa en nombre de dicho rey Alfonso IX. En 1234 Fernando III el Santo, hijo de Alfonso IX, confirma la donación del Castillo y Villa de Montánchez hecha por su padre. Con el intento de poblar los alrededores de la fortaleza, el Maestre Pedro González concedió hacia el 1236 privilegio de población y fuero a la Villa de Montánchez, donde las dos terceras partes del término se cedieron al Concejo sin poderlo vender a ninguno que no fuera vecino, quedando la otra parte para la Orden.

La luna sobre el castillo de Montánchez
Desde el Castillo de Montánchez se hicieron numerosas conquistas. Así Pedro González Mengo tomó desde Montánchez los castillos de Alanje, Hornachos, Reina y Montemolín; y su sucesor D. Rodrigo Iñiguez de Montánchez, cuando era comendador de esta Villa, ganó la Villa de Medellín en el año 1238.
La Orden de Santiago fundó también varios conventos de monjas: en Salamanca, Toledo, Granada, Valladolid y Robledo de Montánchez, que fue de los primeros. Éste estaba situado bajando la calzada de Robledo, camino que conduce a la Torre de Santa María y otros pueblos. En el convento de Robledo se recogían las mujeres de los Caballeros de la Orden cuando éstos iban a la guerra contra los árabes. También hubo un convento de frailes en el paraje de la Quebrada llamado la Casa de los Hermanos.

En 1479, Alonso de Monroy y Montánchez, que apoyaba las pretensiones de Juana la Beltraneja, subleva el Castillo contra Isabel la Católica, sublevación que fue sofocada a finales del mismo año. En 1619 el Castillo sirvió de cárcel a Rodrigo Calderón, protegido del duque de Lerma, que fue confinado en Montánchez para alejarlo de la Corte mientras se instruía el proceso que acabó con él en el patíbulo. Como consecuencia de la guerra con Portugal, en 1653, el Castillo quedó inhabitable y sin alcaide.
Durante los siglos XV y XVI esta fortaleza y muchas más en Extremadura fueron habilitadas como residencia de comendadores y autoridades de la Orden de Santiago, por lo que perdieron su carácter militar y se transformaron en edificios de uso doméstico y residencial. 




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